Dormir con el ventilador encendido, especialmente uno de pie o de torre, puede provocar que se reseque nuestras mucosas si nos da directamente en la cara, ya que estos últimos tienen un flujo de aire muy concentrado. También puede provocar dolor de cabeza o dolores musculares si se concentra en alguna parte del cuerpo.
Para dormir de forma adecuada utilizando un ventilador te recomendamos lo siguiente:

  • Lejos de la cara. Que el aire no toque nuestra cara evitará que se nos reseque las fosas nasales, la garganta y los ojos. Para ello basta con poner una velocidad moderada y en el caso de los ventiladores de techo, podemos usar la función verano-invierno para que el aire vaya hacia arriba y no nos llegue directamente, creando una brisa por toda la habitación.

  • En modo rotatorio. Si queremos notar el aire más fuerte, lo mejor es poner el modo rotatorio. Ventiladores de techo con motor 360º como FONOALAN MOVE o DAYA, permiten a las aspas cambiar de dirección para que flujo de aire no se concentre en el mismo sitio por lo que podrás tener el aire puesto para notarlo de forma directa sin que llegue a resecar o enfriar en exceso una zona concreta del cuerpo.

  • Aspas limpias. Mantener una correcta limpieza de las aspas y el cuerpo del ventilador, e inclusive del resto del mobiliario del dormitorio, evita que se levante polvo y reduce el riesgo de alergia al generar movimiento en el aire.

  • Potencia moderada. Con una intensidad baja es suficiente. Cuanto más fuerte lo pongas más resecará el ambiente e incluso puede resultar molesto en vez de ayudar a conciliar el sueño.

  • Mejor un ventilador de techo. Potencia moderada. Con una intensidad baja es suficiente. Cuanto más fuerte lo pongas más resecará el ambiente e incluso puede resultar molesto en vez de ayudar a conciliar el sueño.

  • Usar el temporizador. Durante el sueño nuestra temperatura corporal baja al mínimo ya que se desactivan ciertas funciones y el ritmo cardíaco disminuye. Normalmente alcanzamos nuestra temperatura más baja a las 4 horas de comenzar a dormir, por lo que usar el temporizador nos ayuda a conciliar el sueño cuando tenemos una temperatura alta, y cuando esté más baja, el ventilador se apaga, consiguiendo mantener una temperatura estable. Además, reducir el tiempo de uso del ventilador evitará resacar en exceso el ambiente.

  • Usar con frío y con calor. Un ventilador ayuda más eficazmente a mantener la temperatura de la habitación tanto invierno como en verano. En invierno ayuda a que el aire caliente de la calefacción se reparta por la habitación con la función verano-invierno, al igual que el aire frío en el modo normal. Como ya hemos comentado, nuestra temperatura corporal baja cuando descansamos, por lo que mantener el aire acondicionado o la calefacción encendida toda la noche puede crearnos desajustes térmicos y llegar a despertarnos en mitad del sueño porque nuestro cuerpo necesita regularse, mientras que un ventilador nos ayudará a mantener esa temperatura estable durante todo el reposo, ahorrando también en consumo eléctrico.