Tras varias crisis y los graves problemas de contaminación que amenazan nuestra supervivencia, en decoración tanto de interior como de exterior son muchas las tendencias que se basan en materiales más naturales, que además de fácil acceso puedan ser sostenibles. En 2023 veremos muchas novedades que se enmarcan en la aplicación de esos principios, pero este otoño ya nos trae grandes pistas de lo que nos depara el año que viene.

El hormigón se ha impuesto como uno de los materiales de moda para la decoración de interiores, gracias a su robustez, y versatilidad. Prácticamente, este material es combinable con casi todos los estilos decorativos, desde estilo minimalista e industrial, a estilos japandi, nórdicos y bohemios.

En la antigüedad, romanos y egipcios ya lo usaban por su resistencia, y ha conseguido perdurar hasta nuestros días como un elemento clave de construcción. El Panteón es buen ejemplo de su durabilidad, sin embargo, este humilde material lo hemos evolucionado hasta convertirlo en un elemento decorativo gracias a una variedad casi infinita de diseños usando encofrados previamente construidos (tanto orgánicos como pulidos en diferentes formas geométricas o abstractas). Esto permite una amplia personalización del producto, formando estructuras que llegan a ser desde lo más creativas a lo más minimalistas. Durante su fabricación pueden añadirse aditivos que aportan color, que aceleran o retrasan el fraguado, que aportan impermeabilidad y un sinfín de características que incrementan exponencialmente las posibilidades con este material.

Por otro lado, el cristal ha vuelto a ser protagonista en diversidad de formas y acabados. Al igual que el hormigón, es un material de fácil disponibilidad y respetuoso con el medio ambiente, pero la tendencia marca la búsqueda de un cristal de máxima calidad, sin impurezas, fino y de una transparencia perfecta.

La familia CRETA resalta por su originalidad y la utilización de ambos materiales en perfecta conjunción. Estás lámparas están fabricadas con hormigón blanco, con un acabado limpio y pulido, coronadas por una esfera de cristal blanco opaco sin impurezas y con un grosor homogéneo que deja pasar una agradable luz difusa, es una de las grandes tendencias para este otoño – invierno.

Las formas redondeadas son una tendencia que empezó en 2021. Tras el confinamiento y haber sufrido grandes periodos sin poder estar al aire libre, hemos traído la naturaleza al interior. Las curvas y líneas irregulares son más orgánicas y generan ambientes más acogedores, cálidos y serenos.

Cada miembro de la familia CRETA cuenta con un diseño minimalista que encaja en cualquier estancia, y su textura y elegancia darán un toque especial a tu hogar.

Aplique de techo o pared, con soporte semicircular de hormigón y bola de cristal en blanco opaco. Tiene un tamaño pequeño, siendo 14cm la altura total desde el soporte hasta la esfera. Cuenta con un casquillo G9 y el hormigón del soporte lleva microcristales y piedras haciendo una textura similar al terrazo.

El colgante CRETA, es sencillo pero muy original, atrae las miradas en cualquier habitación. Se compone de dos esferas, una en hormigón y otra de cristal. También es de pequeño tamaño y al igual que el aplique, funciona con bombillas G9. Con su cable puede tener como máximo 1,5 metros de alto, y sus esferas tienen unos 9,5cm de diámetro cada una.

Por último, la lámpara de sobre mesa. Casi como una pequeña escultura, se erige sobre una base de hormigón y culmina en una esfera algo más grande que las anteriores. La bola cuenta con 15cm de diámetro y casquillo E14, que sumado a la base conforman una altura total de 29,5cm. Su hormigón tiene la misma textura de microcristales y piedrecitas que el aplique y el colgante. Una pieza única en singularidad y belleza.

CRETA en definitiva es la perfecta elección entre originalidad, sencillez y versatilidad, siendo piezas atemporales, de fácil limpieza con una durabilidad garantizada.