Comienza septiembre y el precio de la luz sigue alcanzando máximos históricos. Toca prepararnos para los meses venideros en los que las temperaturas comenzarán a bajar pensando en cómo podemos optimizar el gasto de luz para que la factura no se dispare. Por eso, queremos avisarte con tiempo: un ventilador de techo con modo invierno permite reducir el consumo de calefacción hasta un 30%.  

Cómo funciona el modo invierno

La temperatura media estándar para interiores en los meses de invierno se establece en los 21ºC y para lograrlo, lo mejor es encontrar un equilibrio entre una fuente de calor y la distribución de este. Los ventiladores de techo en modo invierno hacen que el calor baje y podamos aprovecharlo para la climatización. El aire caliente tiende a acumularse en las zonas altas y con el movimiento de las aspas invertido logramos redistribuirlo en la estancia, mejorando así la sensación de confort. “Todos hemos escuchado que el calor tiende a subir, se va hacia arriba. De hecho, en estancias con tramos de escaleras o techos a doble altura, es común decir que el calor se escapa por esas zonas más altas. Un ventilador en modo invierno hará que ese calor baje y podamos aprovecharlo para la climatización de la estancia”, explica Antonio Villavieja, Director Técnico de SULION.

Ventiladores con motor AC vs DC

Además, tal y como contábamos en un post anterior, los ventiladores con motor DC consumen menos energía que los AC. Aún así, “tengamos el ventilador que tengamos reduciremos el gasto en calefacción hasta un 30% si usamos su modo invierno, no obstante, si contamos con uno de los nuevos modelos DC el ahorro de energía será mayor y ganaremos también en silencio”, afirma Villavieja.

 

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Otro punto a favor es el espacio y la seguridad. A diferencia de estufas y radiadores, los ventiladores de techo son un dispositivo que no ocupa espacio hábil y no corremos peligro alguno en el caso de dejarlos encendidos mientras dormimos o estamos fuera de casa. 

Además, los ventiladores ayudan a la circulación de aire y la ventilación de los espacios. El modo invierno evita que el aire se estanque y se creen atmósferas cargadas no muy saludables. La climatización de un espacio depende de muchos factores no únicamente de encender un radiador: las corrientes, la humedad, el número de personas que están habitualmente en la estancia, etc. influyen a la hora de aclimatar. La media estándar para interiores en los meses de invierno se establece en los 21ºC y, para lograrlo, lo mejor es encontrar un equilibrio entre una fuente de calor y la distribución del mismo.