Aunque se ha hecho de rogar, por fin comienza la temporada de lluvias otoñales, y vienen pisando fuerte. Esto trae consigo un problema que aborda a un importante número de personas cada año, y son las humedades.

Antes de buscar una solución, hay que recalcar que las humedades pueden aparecer por diversos motivos, como por ejemplo la filtración de agua por algún hueco en la estructura de un edificio, o por la rotura de una canalización. Pero el motivo principal y más común, es la condensación que se produce en espacios cerrados donde existe mucha humedad ambiental, la cual depende directamente de las condiciones climatológicas y geotérmicas de cada localización.

Como ya es sabido, el exceso de humedad provoca la proliferación de ácaros y dañinos hongos y mohos que tienen la apariencia de manchas oscuras en techos, suelos o paredes, y pueden afectar a nuestro sistema respiratorio, siendo especialmente peligrosos para personas con algún tipo de alergia.

Humedades

Dicha problemática nos hace preguntarnos, ¿cuál es el sistema definitivo para evitar este tipo de condensación y la aparición de estas manchas?

Los condensadores de humedad o deshumificadores son una buena solución, pero deben cambiarse cada cierto tiempo y si la humedad es muy alta, resultan insuficientes aunque dispongamos muchos de ellos repartidos por el espacio afectado.

Si buscamos un método más permanente y eficiente, de forma general, todos los mecanismos de ventilación son buenos acompañantes para tratar el daño, tanto los ventiladores de techo como los respiraderos. Son realmente efectivos ya que la humedad no es más que vapor de agua en suspensión, y aquellos lugares donde no existe la apropiada circulación de aire, esta agua se acumula creando el clima perfecto para la aparición de los hongos y otros microorganismos.

Este método solo es aplicable cuando nuestro problema, como ya hemos comentado, es por condensación. Los sistemas que conllevan la ventilación de las estancias ayudan a regular la cantidad de humedad que hay en el aire gracias al continuo movimiento del aire, renovándolo y evacuando una gran parte de la humedad hacia el exterior, siendo eficaz para la mayoría de las estancias. De esta manera evitamos que se quede en las habitaciones.

Cuando pensamos en ventiladores techo lo primero que se nos viene a la mente es el confort que sentimos a la hora de dormir o de pasar el rato en el salón, sin sufrir sofocos de calor, pero éstos aportan muchas más funcionalidades, como por ejemplo, ayudar a secar ropa y paredes minimizando los niveles de humedad y los malos olores. A diferencia de los sistemas de climatización convencionales como el aire acondicionado o la calefacción que solo generan frio o calor, los ventiladores de techo reparten el aire de forma uniforme por la sala, lo que favorece que la temperatura se mantenga estable y el aire caliente ventile y llegue a cada rincón previniendo así la condensación del vapor de agua en determinadas zonas.

El ventilador DANA está pensado para soportar altos niveles de humedad e incluso salpicaduras de agua gracias a su índice de protección IP66, haciendo que estos ventiladores sean perfectos tanto para interiores como exteriores, y sea especialmente recomendable para parajes costeros y sistemas montañosos, donde la concentración de vapor de agua en el aire suele ser mayor. Dispone de un diámetro de 132mm haciéndolo adecuado para ventilar estancias de entre 20 a 32m2. Las habitaciones más grandes son las más difíciles de aclimatar, por lo que, además de su tamaño, este ventilador cuenta con 6 velocidades las cuales hacen más fácil el acondicionamiento del aire. Su placa con tecnología LED hace que la temperatura de la luz y su intensidad sean regulables.

DANA DANA

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Si las humedades en tu local, vivienda o negocio son causadas por una filtración, grieta o por una mala gestión de los desagües del edifico, aconsejamos consultarlo directamente con un especialista y el administrador de la finca.