En las cocinas también hace calor, incluso más que en otros espacios de la casa ya que hay muchos electrodomésticos (horno, vitrocerámica, freidoras, etc.). Al calor hay que añadir que es una zona donde se acumulan olores y humo, pero, ¿por qué entonces no ponemos ventiladores en las cocinas? Permitirían disipar estos desagradables residuos y ayudarnos a sentirnos más confortables con la temperatura.

Seguimos sin tener este tipo de aparatos instalados por diversas razones, entre ellas, la suciedad que se puede acumular en las palas. La grasa, vapores y humos que se esparcen mientras cocinamos acaban inevitablemente depositándose sobre todo el mobiliario de la cocina. Los ventiladores no son menos, y al ponerlos de nuevo en movimiento, pueden esparcir esta suciedad y considerarse poco salubre su uso. A pesar de todo, no hemos tirado la toalla y hemos buscado la solución en un nuevo diseño, enfocándonos en que sea fácil de limpiar y aporte la suficiente luz, otro aspecto importante también a la hora de cocinar.

ALAN, el ventilador cabrio y con palas extraíbles, tiene forma redonda, por lo que se integra perfectamente en la cocina. Es pequeño y potente gracias a sus palas aerodinámicas que puedes limpiar sin ninguna dificultad quitándolas sin necesidad de desinstalar el plafón. No tiene rejilla, por lo que minimiza el cúmulo de suciedad a la vez que maximiza el flujo de aire por la cocina al no tener nada que obstaculice la salida del mismo. Su fuente de luz de 3800 lúmenes puede adaptarse a 3 temperaturas (fría, natural y cálida), y si en invierno no vas a utilizarlo como ventilador, puedes guardar sus palas y colocar el embellecedor que viene incluido para convertirlo en un plafón muy decorativo.

Se acabó pasar calor en la cocina y aguantar malos olores.

Descubre el resto de los ventiladores de plafón en nuestra web y sus diferentes funciones.